Qué ver en una jornada en La Palma
La isla de La Palma es uno de los mayores ejemplos de biodiversidad en las Islas Canarias, y es recomendable para visitar de muchas formas posibles. Desde una escapada exprés para ver los lugares esenciales de la isla, a un viaje relajado para realizar rutas por los innumerables senderos que hay repartidos por cada rincón de La Palma o un viaje de varios días para disfrutar con calma todo lo que nos ofrece este maravilloso rincón del archipiélago canario. Y es que La Palma transmite calma, tranquilidad y es un auténtico disfrute para los sentidos, cada sendero, cada charco y cada pico de montaña hará que te sientas parte de esa naturaleza tan exuberante que abandera esta maravillosa isla.
En esta entrada voy a proponer una jornada intensa para poder descubrir los contrastes más extremos en este pequeño "continente", y es que La Palma tiene un tamaño 708 km², ocupando el quinto lugar en extensión del archipiélago canario, y destaca por ser la segunda isla con una mayor altitud, con el Roque de los Muchachos con sus 2426msm. Este gran relieve, unido a la importante influencia de los vientos alisios, hace que exista una gran diversidad climática en esta isla, lo que conlleva una gran riqueza en flora y fauna, especialmente en la parte Norte-Noreste de la isla donde encontramos la zonas más húmedas, no tanto como en Madeira, por ejemplo, pero sí mucho más húmedas que las islas vecinas.
Por el contrario, en la parte Sur de la isla nos encontramos la zona de Fuencaliente, mucho más seca y azotada por erupciones cercanas en tiempo geológico, que han moldeado el paisaje de una manera espectacular, creando zonas desoladas en las cuales podemos apreciar la fuerza de la naturaleza. Y es aquí donde empezamos nuestra larga jornada, disfrutando de un bonito amanecer junto al Faro de Fuencaliente y las salinas del mismo nombre, un lugar único y especial, donde a primera hora del día prima el silencio y la tranquilidad, con la luz de la hora dorada bañando cada rincón de este espectacular lugar.
Las Salinas de Fuencaliente comenzaron a funcionar en el año 1967, poniendo en riesgo su pervivencia en 1971 con la erupción del volcán Teneguia, pero resistiendo hasta la actualidad, siendo hoy en día uno de los lugares más visitados de La Palma. A su lado se encuentra el Faro de Fuencaliente, que data de principios del siglo XX, pero se vio afectado por la erupción del Teneguia y a su lado se construyó uno nuevo, y hoy en día lucen ambos presidiendo la costa Sur de La Palma.
A poco más de una hora de camino podemos cambiar de mundo y adentrarnos en una profunda y húmeda selva, el Bosque de Los Tilos , que alberga uno de los bosques de laurisilva más importantes del archipiélago canario, en el cual se encuentra la cascada de Los Tilos, un lugar muy visitado dada su espectacularidad. Este bosque se trata de uno de los puntos más húmedos de todo Canarias, y queda patente al ver y disfrutar de su exuberante vegetación, que podemos encontrar en todas las rutas de este espectacular lugar.
A no mucha distancia del Bosque de Los Tilos nos encontramos con la costa de Barlovento, un precioso lugar donde darnos un baño en las Piscinas de La Fajana, o poder ver y disfrutar de su majestuosa costa, que en días de bonanza, en los que el mar está tranquilo y calmado, podemos disfrutar de unos colores espectaculares en el mar. Una zona donde pasar unas horas de tranquilidad dado que durante una gran parte del año no encontraremos una importante afluencia de gente.
Hemos visto paisajes volcánicos, profundos bosques de laurisilva, zonas de costa idílicas y ahora vamos al punto más especial de La Palma, a su icono principal, a uno de los sitios más contundentes e impresionantes que podemos ver, y no sólo en Canarias, y esto es el Roque de los Muchachos , bordeando la inmensa Caldera de Taburiente.
A los pies del mirador del Roque de los Muchachos nos encontramos la enorme caldera de más de 1.500metros de profundidad, con un terreno plagado de abruptas rocas y muchos árboles, un lugar que resulta espectacular y con un grandísimo valor medioambiental, que fue declarado Parque Nacional en el año 1954.
Realmente para visitar bien toda esta área, haría falta más de una jornada, para recorrer alguno de sus senderos por el cordal de cimas, ver el Observatorio astronómico del Roque de los Muchachos, o ver el centro de visitantes que nos cuenta un poco la historia de la formación de este lugar, pero podemos tomar esta visita como un aperitivo a una jornada posterior visitando el Parque Nacional. Es recomendable visitarlo durante el atardecer, para disfrutar de la puesta de sol sobre el mar de nubes que habitualmente cubre la Caldera y la parte Norte de la isla, y aprovechar y alargar la visita hasta la noche, acabando esta intensa jornada disfrutando del que es considerado como uno de los cielos nocturnos con más calidad de todo el mundo.
Una jornada maratoniana en La Palma disfrutando de sus espectaculares y variados paisajes, una forma de conocer la esencia de esta isla volcánica, apreciar su valor medioambiental y concienciarnos de la importancia de su cuidado y preservación.